Teatro sensorial e inclusivo: romance de la luna luna
Romance de la luna luna. Teatro sensorial e inclusivo en la oscuridad. Casa Rueda flotante, un teatro que hace parte del distrito San Ignacio. A una cuadra de las Torres de Bomboná. Hay unos super descuentos para afiliados a Comfama. Hasta el Hasta el 31 de agosto se presentan además, jueves, viernes y sábado a las 7:45 p.m. Un canto en la oscuridad, también de Federico García Lorca. Y el domingo 25, a las 11:30 a.m. la última función de Romance la la luna luna, esta de las que les escribí que es apta para niños. Recomendadísima.
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Analucia Isaza de FAROguides estuvo viendo la obra y aquí está su opinión
No se ve nada.
Nada.
Nos llevan en una fila en orden de estatura. Entramos a una habitación de la casa, una casa de las de antes de varias habitaciones en galería y un patio central. En esa primera sala nos explican todo. En Casa rueda flotante hacen teatro inclusivo. Esta obra es un montaje para niños basado en poemas de Federico García Lorca. Han trabajado con actores sordos y esta es una obra presentada por tres actores ciegos que además de actuar hacen música en vivo con guitarra, piano y percusión. Nos cuentan que Federico Garcia Lorca vivió en las montañas en España y que fue asesinado en la guerra. “Por eso no nos gustan las guerras”, dijo Juan Diego Zuluaga, el director del teatro Casa rueda flotante. Nos contó la historia apoyado en el lenguaje de señas y también nos dijo que allá dan cursos. Hay un compañero indígena Emberá. Nos saludan en su lengua.
Vamos adentro al lugar del espectáculo, en orden de estatura, así que los niños se separan de sus adultos. Parece no importarles. La primera parte de la obra recorremos el espacio mientras hermosas voces nos cantan. Hacemos sonidos de grillos en la noche. Recibimos aromas a tomillo, romero…nos refrescan. Al rato nos ubicamos en unas mesas y sillas. Las mesas tienen un fino y suave terciopelo. Nos piden buscar unos hilos que hay en la mesa. Ponen unos recipientes de plástico llenos de cuentas que brillan de un color verde y dejan ver los colores de cada una. Se habían cargado en el sol. Están calientes aún. Nos cuentan que estamos en la fragua que es el lugar donde los gitanos hacen orfebrería. Nos volvemos orfebres sin ver nada, sintiendo el hilo y cómo cada cuenta logra enhebrarse. Desarrollamos otros sentidos mientras cantan canciones hermosas, mientras recitan palabras bellas. Los 40 minutos de la obra han pasado. No los sentimos. No nos hizo falta la luz. No nos dio miedo la oscuridad. Solo vivimos el momento. Nos dejamos llevar por la música y la poesía.
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