Manicomio de muñecos muestra con esta obra de títeres Mi libertad es la tuya que conoce a los niños y les facilita a ellos y a sus padres y profesores maneras de entender la realidad y la historia.

Es 1810. Los habitantes de Colombia fueron obligados a ceder sus tierras a nuevos residentes que los “descubrieron”. Trajeron otras personas muy diferentes, esclavos, para poderlos mandar; quienes nacían aquí ya no tenían derechos, ni siquiera los hijos de españoles; los impuestos eran onerosos…y justo en ese momento un grupo de “criollos” comenzaron a preparar la independencia.

Esa es la historia con la que se encuentra Tomás, cuando comienza a hacer su tarea sobre la independencia de Colombia.

En la técnica de títeres guiñol o de guante, esta vez manipulado al “desnudo”, es decir, sin el resguardo del tradicional teatrino, Manicomio de muñecos presenta esta obra Mi libertad es la tuya que, más que un recuento histórico de personajes y hechos, pretende reforzar el significado de la libertad y de lo que puede esclavizarnos. Porque el que no conoce su historia está condenado a repetirla y por eso viajamos a un momento en el que las divisiones no nos permitían ver lo iguales que éramos, y que no se trata de dar a otro lo que pertenece a todos, o apropiarnos por conveniencia o poder,  sino más bien darnos cuenta de que la libertad mía termina donde empieza la del vecino.

Como siempre, los títeres y la escenografía tienen una detallada y hermosa manufactura. Las luces, la música, refuerzan cada escena y en esta obra aparecen dos personajes “humanos” que interactúan con los títeres en unas destacadas actuaciones, especialmente de Tomás, que es un niño que desde los 3, va a títeres en Manicomio de Muñecos y ahora se estrena como actor.

Han pasado 49 años desde que Liliana Palacio, la fundadora, hizo su primera función con el director Pelusa en la sala de su casa. Varios comenzaron como asistentes asiduos a sus presentaciones. Ya muchos llevan a sus hijos y sobrinos. Definitivamente una obra de teatro es un ser vivo que va evolucionando y como todo arte, cada que se admira se ve distinto porque toca las fibras del momento que esté pasando el ser humano. Por eso es válido volver a ver las obras, así como las películas o volver a escuchar una misma canción. Hay detalles nuevos que se escucharán, que se sentirán diferente.

Vale la pena volver a títeres una y otra vez, así tengas 60. Verás las mismas obras con otra mirada. Y sin duda, vale la pena ir a ver Mi libertad es la tuya, porque recordaremos el significado de esta frase, repasaremos la historia en un momento en el que nos están de nuevo haciéndonos ir por caminos diferentes a los mismos pueblos, mirar con recelo al que no ha conseguido tanto como nosotros, al que tiene piel diferente, al que ha tenido muchas oportunidades. Somos Colombia, un pueblo con una geografía y naturaleza exuberante y gente, en su mayoría, amable y colaboradora. Recordemos de dónde venimos para poder llegar a un puerto común, un lugar en el que tu libertad, vuelva a ser la mía.

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